Ciro: Noche de amor, suburbio y luna

Andrés Ciro volvió a tocar en el estadio Luna Park, donde juega de local, para animar una nueva velada de rock & roll, blues y reggae junto a su nueva banda, Los Persas.


Como sucedía con frecuencia en la época que tuvo a Ciro como frontman de Los Piojos, el ahora emperador persa logró agotar la función del martes por la noche sin publicidad alguna, de boca en boca, solo con anuncios en su web oficial y su página en Facebook.

Mientras los músicos ocupaban sus lugares, las melodías de la armónica indicaban que su salida era inminente y que cuando pisara por sexta vez en esta nueva etapa un escenario que conoce en detalle, que le sienta a la perfección, se desataría el carnaval que se extenderá durante lo que resta del año. “Servidor” sacudió la estructura de un público muy abrigado, que no dudó en revolear camperas, sweaters y buzos por el aire cuando detectó los primeros acordes de “Te diría”, con fragmentos de “Nextweek”, para recordar a Sumo.

Andrés recorrió el escenario de un lado a otro para estar cerca de la gente, a modo de bienvenida. Su presencia motiva, arenga, despierta un extraño fervor en las miles de almas que siguen cada uno de sus movimientos atentamente. “…Que placer verte otra vez / nos decimos sin hablar, / hoy todo vuelve a empezar / y será lo que ya fue…”, versos de “Antes y después” que describen perfectamente la relación que une a Ciro con sus fans.

Un ida y vuelta constante entre pasado y presente marcó el pulso del concierto: “Esquina libertad”, aquel potente rock que abre “Tercer arco”, y “Paso a paso”, un reggae con perfume latinoamericano que forma parte de “Espejos”, con el desopilante Mex Urtizberea como invitado. “Vamos a tocar un viejo tema de amor”, predijo Ciro antes de “Amor de perros” para luego rockear en el nombre de Pappo con la ayuda de “No obstante lo cual”, con el pequeño Alejandro Ciro Martinez tras los parches de su mini batería,

“Similar”, un tema inédito que se regaló por la web, “Banda de garage” y “Vas a bailar” son una muestra convincente del amplio espectro de sonidos que componen la esencia persa que comienza con un rock tan bailable como agitador, atraviesa con solidez la potencia de guitarras distorsionadas para llegar a la calidez de una balada folk. “Dientes de cordero” fue el último tema de la primera mitad del show. Previo al intervalo, el guitarrista Juan Abalos construyó con su loop un ritmo de chacarera que entretuvo los oídos hasta el regreso con “Blues de la ventana” y “Blues del gato sarnoso”.

Rano Sarbach sumó su guitarra con arreglos funky a “Manjar” y se quedó para convertirse en un testigo más de la euforia colectiva que desató “Tan solo”. “Curtite” es una nueva canción con excelentes arreglos vocales y portadora de una letra sugestiva. Tras un amague de despedida, “No pares” e “Insisto” inauguraron el tramo final del concierto que hizo latir al “Templo del box” con “Babilonia” y “Chucu-Chu”.

“Morella” y “Ruidos” sumaron la parte instrumental con cálidas zapadas para, posteriormente, darle rienda suelta al agite con “El farolito”, “Muevelo” y “El balneario de los doctores crotos”. Sin aliento, afónicos y satisfechos, los cientos de fanáticos extasiados solo tuvieron resto para disfrutar “Noche de hoy” y “Trapos”.
“Gracias por la fiesta de anoche. Por cantar todos los temas con tanta pasión. Ustedes sin duda están en el podio de quienes hacen vibrar con más intensidad los estadios del país. Anoche reventamos el Luna Park, no solo porque estaba lleno, sino porque desbordaba de agite y sentimientos”, escribió Ciro en su perfil oficial de Facebook como para dejar bien en claro que absolutamente todos disfrutamos de esa fiesta persa que invadió la luna.


Por Emmanuel Angelozzi



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